martes, 18 de junio de 2013
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Como saber si estas enfermo del Higado

11:27
Un hígado sano trabaja para el organismo luchando contra las infecciones, depurando la sangre y almacenando energía. Pero en ocasiones puede convertirse en el blanco del ataque de sustancias químicas, de virus o incluso, de tu propio sistema inmunológico. Si el hígado goza de buena salud, podrá regenerarse y recuperarse del daño; pero si hay algo que se lo impide o es incapaz de hacerlo por cualquier motivo, es preciso que estés atento a los primeros signos para buscar atención médica inmediata.


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 Tomar en cuenta las siguientes Instrucciones :


Necesitarás
Observar los síntomas
Pruebas hepáticas y sanguíneas
Conocer las opciones de tratamiento
Mantener la buena salud del hígado
1
Presta atención a los primeros signos de aviso. Si en tu familia ha habido problemas hepáticos o si estás tomando una medicación que pueda afectar a este órgano (p.ej., para la diabetes o para el corazón), tienes que ser especialmente cauteloso. Según la Clínica Mayo, estos pueden ser algunos de los síntomas iniciales: alteración del color en piel y ojos -sobre todo si adoptan un tono amarillento-; sensibilidad en la piel, que pica y se inflama con facilidad; y dolor e hinchazón abdominal. Si experimentas cualquiera de estos síntomas, junto con orina siempre oscura, pérdida de apetito, náuseas, fatiga crónica, o deposiciones pálidas con sangre o de color alquitranado, y dichos síntomas persisten, debes buscar atención médica de inmediato.

2
Observa tus síntomas. Si se te ha diagnosticado alguna dolencia hepática o tienes problemas de hígado, es preciso que vigiles constantemente tus síntomas para asegurarte de no empeorar. Si tu hígado está sano, pero tomas algún medicamento que puede dañarlo, es importante que estés alerta ante el menor cambio que se produzca en tu cuerpo, antes de que te sobrevenga un daño permanente.


3
Sométete a exámenes médicos. El Instituto Nacional de la Salud reconoce tres métodos para evaluar la salud del hígado: análisis de sangre, TAC y biopsia de tejido hepático. Además, recomienda a las personas que ya tienen problemas hepáticos, a los diabéticos, a los obesos y a los que padecen otras enfermedades, hacerse una revisión al menos una vez al año. Si perteneces a uno de los grupos de alto riesgo, es posible que tu médico te recomiende un número mayor de revisiones, pero todo va a depender de tus necesidades individuales.

4
Busca las diversas opciones de tratamiento. Si ya tienes problemas en el hígado o eres susceptible de padecerlos, es importante que sepas qué opciones de tratamiento existen. Cada tratamiento se basa en el tipo de problema que el hígado presenta; por ejemplo, para una hepatitis provocada por un virus, se utilizará medicación antiviral, como el interferón alfa. Otros procedimientos incluyen el uso de ribavirina, lamivudina, esteroides o antibióticos. Cuando se padece una hemocromatosis (acumulamiento excesivo de hierro en el cuerpo, especialmente en el hígado), el tratamiento irá destinado a extraer del organismo el excedente de hierro. Para controlar los síntomas que aparecen cuando hay un problema hepático, se prescriben también suplementos de vitaminas y minerales. Si a pesar de estas medidas, el hígado continúa fallando, solo quedará el trasplante como último recurso.

5
Cambia tu dieta. El Centro Médico de la Universidad de Illinois ofrece unas cuantas recomendaciones dietéticas para personas con problemas hepáticos. El primer paso es limitar la ingesta de proteínas, porque a un hígado dañado le cuesta procesarlas. Luego, se debería incrementar el aporte de carbohidratos, con el fin de mantener altas las reservas energéticas del cuerpo. Esta institución también recomienda reducir o moderar la cantidad de grasas, líquidos y sodio en la dieta, porque un hígado con problemas tiene dificultad para procesar y digerir estas sustancias. Por último, si tu hígado no va bien, es posible que necesites un aporte extra de ciertas vitaminas y minerales -siempre bajo prescripción facultativa-. Un hígado enfermo no es capaz de almacenar adecuadamente ciertas vitaminas y minerales esenciales, de ahí que necesites ese aporte extra para que tu cuerpo se mantenga sano.


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